Dicen que los sueños son respuestas a preguntas que no nos hemos atrevido a formular. Quizás por esta misma razón representan ese primer paso para lograr algo: ¿cómo hacer realidad un deseo, si antes no has soñado con conseguirlo? Abogamos, en este línea, por dar alas a los sueños, entendidos no solo como aspiraciones o anhelos, también como fantasía e imaginación… para alcanzar todo aquello que nos propongamos. Y lo hacemos porque dedicamos este post al lugar por excelencia de los sueños: el dormitorio. Nuestro propósito no es otro que convertirlo en ese lugar de ensueño que inspire. Con esta intención, enumeramos algunas ideas que os pueden ser útiles a la hora de diseñar un interiorismo que invite no solo al descanso, sino también a soñar:
Un espacio con personalidad
Huye de la decoración impersonal y fría. A través de pequeños pero cuidados detalles se puede conseguir un dormitorio acogedor y con carácter, alejado de lo ‘hecho en serie’. Muchos hoteles caen en este error con frecuencia: habitaciones que parecen diseñadas ‘en cadena’ y en las que difícilmente te puedes sentir como en casa, consiguiendo, de esta forma, justo el objetivo contrario al que buscaban. Para evitarlo, lo mejor es incorporar ornamentos que aporten personalidad al espacio y lo conviertan en ese lugar cálido del que cuesta salir. Eso nos lleva al siguiente consejo.
Pequeños grandes detalles
En la mayoría de los casos la decoración debe su éxito a los pequeños detalles. Su cuidado ofrece singularidad al ambiente y lo hace más acogedor. Unas flores, algún ornamento con estilo, una pieza ‘handmade’ o reciclada, una lámpara singular, un cabecero original… las posibilidades son innumerables para que el dormitorio hable de ti y se transforme en un lugar especial.
Reciclaje, hanmade y DIY
El reciclajese ha convertido en una tendencia de peso en el diseño de interiores. El mobiliario recuperado da personalidad a la decoración y la hace única. Si quieres dar un aire distinto al dormitorio puedes apostar por introducir alguna pieza reciclada, como una mesita de noche o un cabecero. También funciona incorporar algún detalle ‘handmade’, bien sobre algún mueble, bien en la pared.
Mobiliario
Apostar por el eclecticismo suele dar muy buenos resultados en la decoración del dormitorio. Con esta idea, se suelen usar piezas de distintos estilos que combinen, aunque buscando un nexo de unión, bien a través del color, bien por la combinación ‘nuevo o viejo’ o por otros contrastes, siempre con cuidado. Si usas muebles con un diseño en exceso diferente se transformarán en notas disonantes con las que solo conseguirás una decoración chirriante. Buscamos la armonía, un hilo argumental. Para lograrlo podemos elegir, por ejemplo, armario, cama y cómoda de un estilo similar combinadas con un diván, un cofre o un puff de aire diferente.
Si el dormitorio es grande se puede aprovechar el espacio libre para colocar un sofá, un sillón o una silla de diseño que tenga estilo propio. En caso de que la habitación sea pequeña, lo mejor es apostar por un puff (rígido o soft) para contar con cómodo asiento.
Si queremos imprimir personalidad propia al diseño del dormitorio la inclusión de una pieza -o varias, sin abusar- con carácter propio está de moda: el aire exótico de una cama con dosel, una cómoda de aire industrial, un sillón vintage…
Paredes que dicen mucho
Las paredes del dormitorio se convierten en un espacio esencial a la hora de imprimirle carácter. A través de cuadros, collage de fotografías, algún espejo o papel pintado, entre otras opciones, puedes conseguir que las paredes de tu dormitorio digan mucho.
Textiles
Los textiles, por razones obvias, son claves en la decoración del dormitorio. Os recomendamos elegir, en primer lugar, el estilo y color del edredón (o colcha) y los cojines para vestir la cama. No en vano es el elemento central de la habitación. Todo gira a su alrededor, por lo que debe cumplir una función estética, sin olvidar su sentido práctico.
Una vez claro el diseño y tonos que predominarán en la cama -lo normal es que los cojines aporten una nota de contraste- hay que decidir los de alfombras y cortinas, que recomendamos usar para multiplicar la sensación acogedora del espacio, así como para jugar con los colores del dormitorio. En el caso de las cortinas, lo mejor es prescindir de ellas si la habitación no es muy luminosa. También hay que poner especial cuidado en su elección si el espacio es pequeño. En estos casos, mejor los tonos claros, que dan sensación de mayor amplitud, y más bien transparentes o semi para que dejen entrar la luz exterior, con este mismo propósito.
Más madera
La presencia de la madera en el dormitorio crea un ambiente acogedor y de evocación natural que nos aproxima a la naturaleza, a nuestras raíces. Recomendamos, por lo mismo, apostar por este material, ya sea en el suelo, en en alguna pieza u ornamento.
Un rincón chill out en la ventana
Si tienes la suerte de disponer de una habitación espaciosa con grandes ventanales aprovecha para crear un espacio chill out al lado o en la misma ventana, que puedes convertir en un banco valiéndote de cojines y colchonetas a medida.
Ambientes diáfanos que no asfixien
Con frecuencia se cae en la tentación de colocar demasiados elementos en el dormitorio, lo que lo convierte en un espacio asfixiante. Es mejor apostar por pocos, pero cuidados elementos, siguiendo la máxima del padre del minimalismo: menos es más.
Libros
Hay quien incorpora en el dormitorio parte de su biblioteca. Por algo la lectura es la mejor forma de alimentar los sueños. Con ellos no faltan ideas ni inspiración. Una pequeña librería o una estantería nos pueden ayudar a tener a mano los libros de cabecera.
Color
La elección del color del dormitorio es primordial en su diseño. Si optas por un interiorismo monocromático, en el que predomine un color o distintas tonalidades del mismo, debes tener especial cuidado para no obtener un resultado aburrido, frío o impersonal.
En caso de que te decantes por combinar colores complementarios, es decir opuestos en la escala cromática, para conseguir una decoración llamativa y alegre, jugando con los contrastes, has de evitar mezclas disonantes.
Una tercera opción pasa por escoger tonos análogos, o lo que es lo mismo, adyacentes o cercanos en la escala cromática, consiguiendo así un efecto de calma.
Con los colores fríos, por otro lado, se consigue un efecto de amplitud. Con los cálidos, lo contrario. El tamaño del dormitorio determinará, por lo mismo, su elección. Igualmente no debemos olvidar que determinados colores, como el blanco, transmiten calma, relax, paz… otros provocan una sensación opuesta: la combinación de amarillo y negro, por ejemplo, se asocia al peligro en la naturaleza. En definitiva, debes tener presente, antes de escoger el tono con el que te levantarás y acostarás, si efectivamente invita al descanso.