La cama balinesa se ha transformado, como ya hemos comentado en alguna ocasión, en un icono del estilo chill out, lounge, ibicenco y mediterráneo. De hecho, por su relación con estas estéticas en los países anglosajones suelen denominarlas chill out beds o lounge beds y en España no es raro oír hablar de camas ibicencas. También se utilizan mucho, dado su origen y diseño, inspirado en Bali, para dar un toque oriental o étnico a la decoración. Pero, con independencia del estilo decorativo, la reina de las terrazas de verano pisa fuerte en la decoración de hoteles que buscan diferenciarse destacando su personalidad.
En función del modelo de cama balinesa y los complementos con los que se combine, algunos exteriores marcan su carácter exótico o su imagen paradisíaca, entre otros aspectos asociados a la relajación y descanso del cliente en un entorno único. Cada vez más hoteles apuestan por cuidar cada detalle de sus terrazas y piscinas, transformándolas en un atractivo más para sus huéspedes. Repasamos algunas de las máximas comunes que siguen los hoteles a la hora de decorar sus exteriores con camas balinesas.
Una decoración sencilla
Por su belleza, indiscutible comodidad y versatilidad las camas balinesas se bastan por sí solas para llenar de encanto un espacio, sobre todo, si tienen dosel. De ahí que normalmente solo se combinen con unos cojines para aumentar aún más su confort -a la par que se da un toque de color- y mesitas auxiliares sin más detalles.
En piscinas, zonas ajardinadas y terrazas
Con dosel o complementadas con una sombrilla, las camas balinesas marcan la diferencia en las piscinas, donde sirven de excepcionales tumbonas. Normalmente se colocan rodeándolas, dando sensación de elegancia y glamour. Otros establecimientos hoteleros optan por situarlas en distintos puntos de las zonas ajardinadas, de manera que, como pequeñas islas que sobresalen del mar, protagonicen la decoración. Sobre todo si el jardín se utiliza como bar -o en las propias terrazas de los hoteles- suelen complementarse con cómodos sofás, sillones y puff alrededor de mesitas de distintos estilos.
También es frecuente su uso en los ‘miradores’ de los hoteles que por su privilegiado enclave disfrutan de un horizonte de ensueño en el que mar y cielo se funden. Se crea así un rincón único por la posibilidad de disfrutar de insólitas vistas tumbados o sentados.
Complementos
La vegetación y los elementos que evocan la naturaleza -como la madera y la piedra- suelen ser los más recurrentes, ya que refuerzan la imagen paradisíaca del hotel en cuestión.
Iluminación
Se suele recurrir a la iluminación tenue y suave tipo chill out para crear un ambiente íntimo que invite a relajarse. Con esta idea se recurre a lámparas que difuminen la luz y permitan graduar su intensidad, luces led ambientales, faroles, farolillos y velas. También se utilizan con frecuencia antorchas artificiales o reales por la pureza asociada al fuego.
Colores
El color por excelencia de las camas balinesas suele ser el blanco combinado con madera y complementos en tonalidades que contrasten. No obstante, hay hoteles que apuestan por otros colores.
Modelos de cama balinesa
Existen infinidad de modelos de camas balinesas (podéis consultar las que incluimos en el catálogo de Fiaka Ambient, donde también las personalizamos). No obstante, por su elegancia y singular belleza, el modelo clásico con dosel en madera combinado con visillos transparentes es el más aclamado con diferencia, principalmente para las grandes zonas ajardinadas de los hoteles.
Para las piscinas, sobre todos si su espacio es limitado, se recurre normalmente a los modelos sin dosel -la cama circular en las zonas verdes y las tradicionales más cercanas a la piscina- complementados con sombrillas y cojines especiales para exteriores, resistentes a la humedad, los roces y el sol.
Se ha incrementado sensiblemente el número de hoteles que apuestan por las camas balinesas modulares ante su versatilidad. Este modelo no solo permite innovar la decoración a diario, al posibilitar distintas combinaciones. También hace posible su uso en otros espacios del hotel cuando la climatología fuerza el cierre de las zonas al aire libre.