Pocas sillas como la Butterfly o BKF pueden presumir de ‘vestir’ un espacio por sí mismas, sin necesidad prácticamente de muebles complementarios u ornamentos. Y es que este icono del diseño, creado en 1938 por los arquitectos Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy (de ahí las siglas de su nombre), se basta para llenar de encanto un espacio. A nadie pasa inadvertida la presencia de este mueble con historia, una de las sillas mas célebres del siglo XX.
Ya en una ocasión os hablamos de los orígenes de esta emblemática butaca con forma de mariposa (su seudónimo ‘butterfly’ se debe precisamente a su aspecto). Ahora os mostraremos algunas inspiradoras imágenes para decorar con la silla Butterfly o BKF, disponible en nuestro catálogo en distintos colores y tejidos (también en piel natural).
El producto de diseño argentino más internacional -incluso forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York– se ha transformado en un icono para la decoración chill out y lounge. De hecho, muchos locales usan las sillas BKF en sus terrazas al aire libre para crear un ambiente confortable y sofisticado.
Pero, dada su popularidad y versatilidad, también se suelen utilizar en el diseño de otros estilos decorativos -ya sea nórdico, rústico, vintage o retro, entre otros muchos.
En el hogar acompaña tanto interiores como exteriores, dando un aspecto singular al espacio. Con la única compañía de una alfombra, una pequeña mesita y un puff es capaz de resaltar cualquier rincón de la casa. Una pareja de sillas BKF poco más que el horizonte necesita para multiplicar la belleza de la terraza o balcón.
La versatilidad y potencialidad de la Butterfly a la hora de recrear ambientes bien distintos es mayúscula. No obstante, -y quizás por su protagonismo ‘per se’ en cualquier tipo de interiorismo- huye de ambientes recargados en exceso. De ahí que con frecuencia se utilice en entornos minimalistas, donde contribuye a que menos sea más.