El 31 de octubre está a la vuelta de la esquina y, para celebrarlo, hemos incluido en nuestro catálogo un divertido y cómodo puff con la forma de las características calabazas de Halloween – o Linterna de Jack, como se les conoce en la tradición celta.
Este confortable puff puede aportar un toque original y desenfadado en bares y locales, recreando el ambiente terrorífico propio de Halloween, pero también en cualquier hogar, ya sea para la decoración del salón o de la habitación de los pequeños, aportando ese toque mágico e irreverente que la fiesta necesita.
Hemos diseñado los Puff Halloween con dos medidas: un modelo grande (de 42 cm de diámetro x 45 cm de alto) para lugares espaciosos y otro pequeño (de 40cm de diámetro por 35 cm de alto), que encaja en espacios reducidos.
Este puff con forma de calabaza resulta ideal para la decoración en Halloween, una celebración de origen celta –llamada antiguamente Samhain– con la que festejaban el final de las cosechas. Según la tradición, comenzaba entonces la estación oscura o el año nuevo celta. En ese momento, la línea que divide el mundo de los vivos del de los muertos se diluía permitiendo a los espíritus –tanto malos como buenos- acceder a la esfera de los vivos. Las máscaras y disfraces se utilizan para ‘engañar’ a los entes malignos adoptando su apariencia.
Esta tradición ‘aterrizó’ en EEUU en 1840, tras la Gran Hambruna irlandesa. Los inmigrantes difundieron la costumbre de colocar calabazas gigantes huecas con velas en su interior inspiradas en la leyenda de Jack’s Lantern (la linterna de Jack). Las distintas versiones del mito cuentan, en esencia, la historia de Jack, un granjero tacaño y mentiroso que consigue engañar al diablo para que no le robe el alma. Aunque logra esquivar el infierno, no puede ir al cielo a consecuencia de su maldad. Queda atrapado, sin luz alguna que lo ilumine y, para burlarse de él, el demonio le lanza una llama que el hombre coloca sobre un nabo gigante que termina usando como linterna que lo guía. Para ahuyentar al demonio de sus hogares, tanto en Irlanda como en Escocia se colocaban nabos gigantes –más tarde calabazas- recreando el tenebroso rostro de Jack iluminado por las llamas.
Según la leyenda, durante la noche de Halloween, Jack vaga de casa en casa dando a elegir a sus moradores entre truco o trato con él- Trick-or-treat en inglés. Para evitar que maldiga el hogar lo mejor es hacer trato con él, por alto que fuera el coste que pida.
La costumbre se fue implantando paulatinamente en EEUU, donde comenzó a festejarse de forma masiva a partir de 1921, cuando se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota. La tradición se fue globalizando gracias al cine y la televisión durante los años 70 y 80. El estreno en 1978 de La Noche de Halloween, película de John Carpenter ambientada en la víspera de Todos los Santos, contribuiría a la expansión de esta fiesta, al transformarse en un referente en el cine de terror de serie B.
Aunque en España se suele celebrar el Día de Todos los Santos, que tiene un origen religioso, cada vez más se tiende a festejar esta efeméride asimilando las costumbres anglosajonas. Pocos se resisten a caer en la tentación de organizar una fiesta de disfraces, aprovechar para que los niños disfruten de divertidas rutas de truco o trato y hacer de las historias de miedo, las bromas o las películas de terror las protagonistas de una velada en compañía de los amigos.
El Puff Halloween contribuye a recrear el ambiente característico de la noche de Halloween, uniendo el confort al ‘look’ terrorífico propio de esta fiesta que, gracias a este asiento, puede quedar de miedo.