El salón o sala de estar suele ser uno de los centros neurálgicos del hogar. Por algo en algunos países lo denominan ‘living room’, un término inglés que si tradujéramos literalmente al español vendría a decir algo así como la habitación donde se está viviendo, donde se hace vida. Y es que normalmente el salón es el punto de encuentro cotidiano de la familia -sobre todo cuando incluye el comedor- pero también el espacio para recibir a las visitas.
Hay viviendas que por su tamaño permiten distribuir en dos estancias distintas el salón del comedor-sala de estar. En estos casos sus destinos se separan como zona de recepción, por un lado, y uso diario, por otro. Pero, cada vez más -sobre todo en casas pequeñas- se apuesta por incluir ambas zonas en un espacio abierto, eso sí, diferenciando ambos ambientes.
Existen tantas ‘recetas’ para decorar el salón como estilos y gustos. Por este motivo, lo mejor es apostar por una decoración que resulte tan atractiva y acogedora, como funcional, es decir, acorde a la utilidad que se vaya a dar al salón.
Dada la importancia de este espacio de socialización por antonomasia, siempre aconsejamos imprimirle personalidad y carácter para que no resulte un lugar frío que poco o nada tiene que decir de vosotros. Con esta idea, os resumimos cinco fórmulas que os ayudarán a conseguirlo:
Mezcla la historia con el presente
El eclécticismo que sigue la decoración actual otorga un importante peso a la historia, sin olvidar lo contemporáneo. De ahí el auge de los estilos vintage, retro o shabby chic, por ejemplo. La combinación de piezas recuperadas y recicladas con otras que aporten un toque actual suele funcionar muy bien, en esta línea. También se apuesta por el contraste, a través de interiores con un toque rústico o industrial combinado con elementos que den un aire elegante y de diseño. Hay que prestar especial cuidado, sin embargo, a la hora de equilibrar estas combinaciones, ya que no todo es compatible y la intención es crear un ambiente acogedor.
Paredes con mucho que decir
El grafismo, el color de las paredes o los cuadros pueden ayudar a que el salón tenga mucho que decir. No se trata de crear espacios sobrecargados y asfixiantes, todo lo contrario. La idea es elegir los ornamentos precisos para que la estancia no parezca impersonal y vacía.
Evocación natural
Los ambientes de evocación natural, a través de madera y colores neutros, transmiten paz, equilibro, serenidad… De ahí que se apueste con frecuencia por diseños de inspiración natural para el salón.
Puffs y textiles
Complementos textiles como alfombras, visillos, cortinas y cojines pueden aportar toques de color que den calidez a la sala de estar. También los puff -ya sean rígidos, soft o de originales formas– ofrecen un punto desenfadado, pero también confortable, al tratarse de cómodos asientos que, en función de su diseño, permiten descansar tanto sentado como recostado.
Mobiliario con personalidad
A la hora de decorar el salón es muy importante la elección del sofá, el corazón de esta estancia. Una vez decidido el modelo –estos consejos os pueden ayudar– el mobiliario debe ser acorde a su estilo, así como al uso. Las piezas con carácter, como las sillas de diseño, los divanes, los muebles recuperados o reciclados… permiten imprimir personalidad al espacio.