La decoración de pisos pequeños suele convertirse en un quebradero de cabeza por razones obvias: la falta de espacio da lugar a problemas de organización y orden por la dificultad de encajar muebles, ornamentos y útiles necesarios. ¿Cómo resolver este ‘tetris’ sin caer en ambientes claustrofóbicos y asfixiantes? En demasiadas ocasiones, se recurre al divorcio entre estética y funcionalidad en la decoración. No obstante, cómo ya comentamos en un post anterior existen fórmulas más salomónicas para no renunciar a la belleza ni al sentido práctico del interiorismo.
El ‘secreto’ estriba -ya lo explicamos- en hacer aparecer y desaparecer el mobiliario y enseres, como por arte de magia, en función de las necesidades del momento. Pero también en distribuir y separar de forma adecuada espacios y ambientes para evitar la falta de privacidad o la cercanía de estancias que, por lógica, deberían estar más aisladas. Para ayudaros en ambos frentes os resumimos cinco ideas que os pueden ser de utilidad:
1. Separa ambientes incompatibles
Determinadas estancias del hogar, como el dormitorio o el baño, necesitan cierta intimidad, con lo que es aconsejable separarlas de otras más frecuentadas por las visitas, como el salón o la cocina.
La distribución de la casa no siempre lo hace posible, sin embargo. En estos casos, podemos optar por biombos, palés o algún otro elemento que nos permita diferenciar y dividir ambientes. Espejos, cortinas de varillas o colgantes, láminas y separadores semitransparentes que dejen pasar la luz… se pueden utilizar con este propósito sin restar luminosidad al espacio ni que parezca aún más asfixiante y pequeño.
2. Saca el máximo partido a los recovecos
Lugares como el alféizar interior de la ventana o los altillos se pueden utilizar, por ejemplo, como estantería, librería, armario, cajonera…
En ocasiones se pueden aprovechar, además, para crear un rincón de lectura de ensueño o un bonito espacio chill out con solo colocar colchonetas a medida y cojines.
Con este fin también se puede utilizar el hueco de la escalera, uno de los rincones más versátiles a la hora de aprovechar el espacio. Con un poco de ingenio es posible convertirlo en oficina, baño e incluso cocina. Sus posibilidades como despensa o espacio de almacenaje son muchas.
3. Aprovecha los espacios ‘muertos’ del mobiliario
Determinados muebles, entre éstos la cama, se pueden aprovechar como espacios de almacenaje, bien si se les incorpora cajones, bien si sus laterales se convierten en estanterías. Esta misma fórmula se puede utilizar con los escalones de madera, por ejemplo.
4. Utiliza mobiliario multifuncional que ocupe poco espacio
Barras americanas en las que se pueden ‘esconder’ los taburetes, mesas que permiten, igualmente, incorporar las sillas en su interior –como la Quatro-, baúles que sirven como mesa o asiento, estanterías aprovechables como sofá y espacio de almacenaje, camas y puff plegables… existen numerosos muebles modulares y con personalidad múltiple que nos hacen mucho más fácil el aprovechamiento de espacio y el orden en el hogar.
Por este motivo, si afrontamos la decoración de un minipiso es necesario pensar dos veces antes de elegir el mobiliario. Las estanterías colgantes o con forma de escalera de mano y los puff, que permiten contar con asientos sin ocupar mucho espacio, siempre son una buena opción.
5. Apuesta por la sencillez
Con frecuencia los espacios pequeños se sobrecargan excesivamente, en un intento de encajar detalles y mobiliario. Se trata de un error común en el que se puede evitar caer apostando por la sencillez como máxima de belleza. Los espacios diáfanos, en los que se aprovecha la luz y se multiplica la sensación de amplitud utilizando colores adecuados -por ejemplo el blanco- y los detalles precisos para crear un ambiente acogedor resultan muy atractivos. Por lo mismo, lejos de obsesionase con ornamentar cada rincón, es preferible apostar por lo necesario para dar personalidad a la vivienda y mantenerla organizada.