El maravilloso mundo del sofá Chester

Hace no mucho os presentábamos a nuestro nuevo fichaje, el sofá Chester, una pieza que teníamos muchas ganas de hacer aquí en Fiaka y que ya está a punto de salir –si necesitas un presupuesto, consúltanos sin dudarlo, que estamos deseando hacer más-. Lo que en otros tiempos era una pieza de elevadas alcurnias británicas se acabó convirtiendo en un icono del english furniture, y de un tiempo a esta parte, un tipo de sofá muy de moda. Lo del programa de televisión casi que es lo de menos, ya llevábamos mucho tiempo viendo un sofá Chester a buen precio en muchos escaparates de decoración y en revistas de tendencias. En Fiaka habíamos trabajado ese capitoné, aunque no tan pronunciado, en otros muebles, como por ejemplo en los de la sala Bellagio de Granada. Más abajo os explicamos posibilidades para combinarlo.

La verdad es que su aspecto rezuma confort. Y no por su respaldo y reposabrazos, porque el sofá Chester es por definición y origen una pieza robusta y erguida. Pero sus cojines y su capitoné tan abultado le dan ese aire que ya se nos antoja hogareño, seguro y agradable. En su versión más clásica, que es la que predomina en las tendencias vintage y retro del interiorismo actual, tiene que ser de cuero y de un color oscuro y brillante. Así es como queda:

Sofá Chester clásico, vía planete-deco.fr

Mezcla urbana en De Andar por Casas.

Chester, en modo sillón. Vía Icono Interiorismo.

De ahí pasamos a una tendencia que nos parece un mar de posibilidades, y que tiene mucho que ver con el ínclito programa de Cuatro. A modo de puzzle o de patchwork, pero sobre la estructura del sofá chester clásico, se puede hacer un sillón o un sofá Chester más divertido.

Sofa Chester de Patchwork. Vïa Icono Interiorismo.

¡Explosión de color! Vía aprilpedia.com

Esto, claro está, jugando con materiales diferentes al cuero. Podemos encontrar un sofá Chester de terciopelo, polipiel, tela, etc. En todos estos casos estamos viendo la posibilidad de jugar con ciertas variables que se mantienen para hacer reconocible la pieza. A destacar:

• Su baja altura de asiento.
• Su respaldo derecho y corto (a la altura de los hombros)
• Su capitoné y sus reposabrazos en forma de voluta.

Nosotros creemos que es esta última característica una de las que más definen al sofá Chester, sea con un acabado cosido, con tachuelas o chinchetas o de otra forma.

Ese reposabrazos es una de las señas de identidad del sofá Chester, y en la versión que hemos diseñado en Fiaka hemos respetado su forma, con pequeños matices propios:

Detalle del sofá chester de Fiaka Ambient.

Y a partir de aquí, como en todo, la tradición puede saltar por los aires en aras de la innovacion. Hay multitud de ideas para reinvenar el sofá Chester, unas más acertadas que otras, pero nosotros siempre estamos por la labor de apostar por el riesgo, así que nos encanta ver y recibir ideas llamativas. ¡Fijaos!

Decoración: Cómo combinar un sofá chester

Cuando un mueble se pone de moda, se acaba instaurando casi como una obligación, y a veces no termina de casar… No obstante, posibilidades para poner un sofá chester, sea en una casa o en un local público, hay muchas. Lo más natural es que sea una referencia vintage dentro de una decoración de este estilo, incluso con el cuero envejecido. No lo recomendamos especialmente para un proyecto de aires nórdicos muy purista, aunque el que nosotros tenemos en cartera, de blanco luminoso, sí podría encajar.

Por supuesto, en una idea muy british un sofá o sillón Chester es una rosa en un jardín, algo que no debería faltar y que luce a las mil maravillas. Pega bien con elementos barrocos y con las decoraciones más cargadas, en un interiorismo muy minimalista podría destacar demasiado. Una idea que puede ser arriesgada pero que nos atrae es la combinación de algunos de estos iconos, como la silla BKF o el Eames, o el LC2.

En todo caso, al Chester le va la madera, los objetos al natural y ajados, los mapas y las reliquias antiguas, las flores discretas y los marcos recargados, las velas y los baúles, las lámparas antiguas y, por supuesto, ¡un buen juego de té!