Aquellos muebles viejos heredados de otros hermanos o primos, los que pertenecían a la infancia más lejana y nos acompañaban durante la adolescencia, pomos reparados, muebles simpáticos y de colores, de tamaños proporcionalmente más pequeños que los de los adultos, posters o cuadros infantiles, juguetes a la vista... El espacio donde descansa un niño también influye en su personalidad presente y futura, no cabe duda.